lunes, febrero 12, 2007

Dreamgirls - review

Yo era de los niños que quería matar a Blanca Nieves si cantaba una canción más. Luego crecí, pero sólo cambió el objeto de mi odio: Bjork; Si Bailarina en la Oscuridad duraba 10 minutos más compraba mis pasajes a Islandia (o de donde sea que haya salido esta mina) y personalmente me encargaba de estrangularla. (spoiler alert) Afortunadamente se suicidó antes.

No, no me gustan los musicales. Algo extraño considerando que mi segunda gran pasión es la música. Es que eso de que la gente se diga cosas cantandose a la cara me parece lejos lo más kitsh del mundo. No me gustó Evita, me cargó A Chorus Line y ni pude terminar de ver Rent... Y sin saber que estaba a punto de ver otro más, me senté a ver Dreamgirls. Y -oh, vaya sorpresa- me gustó.

Me pareció divertido intentar etiquetar los personajes con cantantes reales y haber reconocido al menos a unos 5 (sin considerar los Jackson Five). Si hasta le agarré gustito al soul del R&B, aun cuando nunca me terminó de convencer Diana Ross y su onda Motown, que en Dreamgirls, creo, es el personaje principal. Así es la cosa con los musicales: sino te gusta el estilo de las canciones estas condenado a mamarte al menos 90 minutos de lo mismo, que en The Commitments se agradece, pero en la mayoría no. Es como escuchar un CD entero de un grupo que no te gusta.

Además, es la primera película musical "negra" que veo desde la horroroza versión del Mago de Oz en que Michael Jackson hace de un Espantapajaros ultra gay, con - que coincidencia - Diana Ross. Ya, sí, igual es mamona esta peli, pero una vez superados los primeros 45 minutos se hace facil de tragar. Eddie Murphy está notable, Beyonce es guapísima y Jamie Foxx la lleva todo el rato.

Por otro lado la historia del-tipo-bueno-que-desvia-el-camino-y-se-pone-malo está bien. Foxx es Curtis, un tipo que tiene un pequeño sueño, pero que la ambición lo transforma en una fria y calculadora máquina de hacer dinero, sacrificando talento por belleza (combinaciones marketera pura) y produciendo sólo música que venda. Nada de mensajes: para eso están los políticos o filósofos, no los musicos. Sí, no es nada nuevo, pero bien. Foxx se la juega interpretando al típico tipo bueno que el poder lo corrompe. No está para Oscar. Ni él ni la película, pero, bueno, en realidad una vez estuvo nominada Babe El Puerquito Valiente y otra ganó Chicago, así que prefiero no decir nada al respecto. Al menos Dreamgirls logró meter a dos de los suyos en la lista de nominados por la academia de este año: Murphy y Hudson (American Idol, anyone?), que ya se llevaron sus respectivos Globos de Oro por sus papeles secundarios.

Quizas la mayor debilidad sea precisamente la música: no hubo una canción que me quedara dando vueltas en la cabeza (aun cuando 3 fueron nominadas al Oscar: record) y definitivamente no me dieron ganas de detenerme en una disquería y comprar el soundtrack - ya, ya, si, a quien engaño, de bajarla por Ares. Pero no es algo que afecte la calidad de entretenimiento de la peli. Puedo ser calificado de mamon y gay, pero la verdad es que me gustó. Algo. Un poco... aun así, creo que los musicales de Broadway se deberían quedar precisamente ahi: en Broadway. Al menos eso ha demostrado el desastrozo resultado económico de las últimas adaptaciones: El Fantasma de la Opera, The Producers y Rent.

Ahora a los match:
- Beyonce = Diana Ross
- Eddie Murphy = James Brown
- Niñito vestido con muchos colores esperando en la puerta de Beyonce = Michael Jackson
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